Es frecuente que se confundan cemento pulido y Microcemento. Sin embargo, por los resultados obtenidos y sus aplicaciones tienen poco que ver. El primero es antes que nada un material de agarre mientras el segundo es un material de decoración con sus propiedades que le dan una gran flexibilidad en el uso.
El cemento es un aglomerante de aspecto uniforme que reacciona al agua y endurece al secar. Esto es el cemento de toda la vida que sigue considerándose como un material de construcción.
El cemento pulido es un efecto de acabado de este mismo cemento que se trabaja con un pulidor durante el fraguado que precisa juntas. Se realiza con un cemento tradicional, y por este motivo con el tiempo, acaba agrietándose. Al final se consigue un efecto de juntas no deseado.
El cemento pulido es muy pesado y por eso requiere que se aligeren al máximo los suelos en cuanto se aplica en un piso.
El espesor: Se recomiendan 7 cm como mínimo. (120kg/m2).
El mallazo: Es obligatorio usarlo para darle estructura y un mínimo de resistencia al tránsito, a los cambios térmicos y las grietas.
Las resinas: Mejoran la elasticidad del cemento reduciendo la aparición de grietas.
Las juntas: Son necesarias para reducir el riesgo de fisuras provocadas por el uso de agua en el proceso (al secarse el cemento tira provocando las grietas). Separar las juntas de 5 metros máximo. Esto permite reducir el riesgo de fisura en el pavimento aunque no se elimina.
Una vez preparadas las superficies se coloca el mallazo y se echa el mortero.
Recién puesto el mortero, se nivelan las superficies con un regle. Este tiene que ser lo más largo posible según el espacio y la destreza del operario. Es el momento de que todas las burbujas de aire se evacuen.
Empieza el fraguado y ahora la experiencia del albañil es importantísimo. Tiene que evaluar cuando el suelo es apenas lo suficientemente fuerte como para soportar su peso y el trabajo de la fratasadora, para empezar a compactar y a pulir el mortero de cemento y aditivos.
Este proceso debe realizarse mientras quede suficiente humedad como para esparcir los polvos de cemento y colorantes para que adhieran eficazmente.
Para obtener el microcemento decorativo se rompe la molécula de cemento tradicional para crear moléculas más pequeñas. Se consiguen una porosidad y resistencia incomparables con el cemento y los demás derivados del cemento. El microcemento no agrieta y no precisa juntas. Presenta un paño continuo sin cortes, limitado solamente por el tamaño de las piezas donde quiera aplicarlo.
Al tener un espesor mínimo y una adherencia máxima se pueden colocar en cualquier superficie sin necesidad de desescombro.